«El momento en el laboratorio en que analizamos juntas las dos cenizas, una del volcán y otra del núcleo de hielo, fue un auténtico momento eureka. No podía creer que las cifras fueran idénticas. Luego pasé mucho tiempo investigando la edad y el tamaño de la erupción en los registros de las Kuriles para convencerme realmente de que la coincidencia era real».
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Este trabajo pone de relieve que las islas Kuriles son una región volcánica poco estudiada pero extremadamente productiva.
El volcán responsable de la erupción de 1831 estaba muy lejos, pero tuvo un importante impacto global en el clima y graves consecuencias para la población. Identificar las fuentes de estas misteriosas erupciones es crucial, ya que permite a los científicos cartografiar y vigilar las regiones de la Tierra con más probabilidades de producir fenómenos volcánicos que cambien el clima.
El Dr. Hutchison añade: «Hay tantos volcanes como éste, lo que pone de relieve lo difícil que será predecir cuándo y dónde podría producirse la próxima gran erupción.
«Como científicos y como sociedad, tenemos que pensar en cómo coordinar la respuesta internacional cuando se produzca la próxima gran erupción, como la de 1831».